Inflación y psicología: Cómo el dinero falso salvó a Brasil

Esta es la  historia de cómo un economista y sus colegas engañaron a sus conciudadanos brasileños con el objetivo de salvar al país carioca de la inflación galopante que sufría a principios de los noventa. Hace veinte años, la inflación en Brasil tocó el 80% mensual. A esos niveles, si un huevo costaba 1€, en un mes duplicaría su precio, y al cabo de un año se multiplicaría por mil. En la práctica esto  implicaba que las tiendas cambiaban su precio de un día a otro. El dueño  tenía que ir cambiando los precios por los pasillos, y los compradores trataban de adelantarse a él para poder así comprar los productos con el precio del día anterior. El problema tenía su origen en la década de los cincuenta. El gobierno  creo dinero de la nada para poder construir una nueva capital para el país, Brasilia. Treinta años después, en los ochenta, la inflación arruinaba al país. 

Por así decirlo, este era el orden habitual en la política brasileña:

1. Nuevo presidente con un nuevo plan.
2. Nuevo presidente establece control de precios y congela cuentas bancarias.
3. El plan fracasa.
4. Nuevo presidente destituido.
5. Y vuelta a empezar.

Todos los planes tuvieron éxito en una única cuestión. Convencieron a todo brasileño de la incompetencia del  gobierno para controlar la inflación. Aún así, había una opción en la que nadie había pensado y que habían desarrollado unos tipos de la Universidad Católica de Rio. El motivo por el cual entraron en escena fue que en aquellos oscuros días de 1992 un nuevo ministro de finanzas acepto el cargo sin tener la más remota idea de economía. Por ello llamó a nuestro héroe, Edmar Bacha, a asistir a su despacho. 

Dijo: "Bueno, acabo de ser nombrado ministro de finanzas. Usted sabe que no sé prácticamente nada de economía, por lo que le ruego se reúna conmigo en Brasilia mañana".

Bacha remarca: "Estaba aterrorizado".

Él y tres colegas habían estado estudiando la inflación brasileña desde que eran estudiantes universitarios,  lamentándose  en la cafetería de la universidad como nadie tenía la menor idea de cómo solucionar el grave problema. Y ahora, unos años después, les habían solicitado que encontrarán la solución a tan difícil empresa. Bacha fue invitado a reunirse con el presidente. "Le pedí un autógrafo para mis hijos". Y el presidente escribió una nota para sus hijos en la que decía:"Por favor pedir  a vuestro padre que trabaje lo más rápido posible para el beneficio del país". Los cuatro amigos,  se dispusieron a explicar la idea. Era necesario frenar la creación de dinero, pero  igualmente necesario era estabilizar las perspectivas de la gente sobre el valor del dinero. Los ciudadanos tienen que percibir que el dinero conservará su valor. Los cuatro economistas querían crear una nueva divisa estable, fiable , y de confianza. ¿El truco ?. La divisa no sería real. No habría ni billetes, ni monedas.

"Le llamamos Unidad Real de Valor- URV. Era virtual, no existía en ningún sitio".

La ciudadanía tendría que seguir usando la divisa establecida en el país, el cruzeiro. Pero todos los precios estarían fijados en la nueva divisa. Los salarios, los impuestos, y todos los precios estarían representados en URVs. Y los precios fijados en URVs fueron mantenidos estables. Los precios en cruzeiros seguirían creciendo, pero en términos de URVs permanecerían inalterados. La idea era que la gente empezara a pensar en URVs, y dejara de pensar que todos los precios subirían per se. "No entendíamos que eran los URV", dice María Leopoldina, un ama de casa de Sao Paulo." Yo solía decir que era magia, ya que no era real". La gente empezó a usar los URVs, y pasados unos meses empezaron a notar como los precios en URV no variaban. Una vez superado ese importante círculo vicioso, Bacha y sus colegas anunciaron la sustitución del cruzeiro por el URV como divisa de curso legal del país. Y la llamarían Real.

"A partir de entonces, todos recibirían sus salarios y pagarían por sus compras usando reales. Ese era el truco", comenta Bacha.

El día que el Real fue puesto en circulación, un amigo periodista le pregunto a Bacha si este sería el fin de la inflación en el país. "Sí. Lo juro". Contestó Bacha.

Y la inflación paró. Y la economía del país dio  un giro drástico que nos lleva hasta hoy, cuando desde aquellos días Brasil se ha convertido en un importante exportador de materias primas, veinte millones han salido de la pobreza, y el real se ha convertido en una divisa de referencia en Iberoamérica.

Fuente: Unience
Autor: Figaro

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