He sido votante del PP. La chispa que prendió la mecha.

Cuando la semana pasada me presenté el foro y estuve leyendo los comentarios, uno de ellos preguntaba qué es lo que hizo prender la mecha para que de ser votante del PP, de ver "El gato al agua", de leer Libertad Digital, de escuchar esRadio, a simpatizar con Podemos.

Uno no se acuesta liberal y se levanta de Podemos. Uno se acuesta abajo y se levanta abajo (ya os comenté mi visión de abajo y arriba como preferencia sobre una visión izquierda derecha).

No soy rico, mis padres tampoco, tengo un salario que me permite una vida digna, he estudiado en un colegio, instituto y universidad públicos y nadie me ha regalado nada. He tenido sufrimiento y felicidad,. No me siento especial por ello pero tampoco diferente de muchos de vosotros.

¿Qué me hizo votar al PP? Se dice y con mucha razón que el PP es una fabrica de nacionalistas, pero sin embargo poco se habla de que la izquierda (principalmente el PSOE) ha sido una fábrica de votantes del PP.

Mi visión más próxima de la izquierda ha sido el PSOE (lo llamo izquierda y no debiera). En cada municipio o autonomía suelen haber partidos que gobiernan más que otros y mi experiencia personal es como ha dicho hoy Juan Carlos Monedero en un programa es que cogían el violín con la izquierda y lo tocaban con la derecha, mientras muchos de sus simpatizantes te llamaban facha por el simple hecho de no compartir esa hipocresía.

Yo soy de los de abajo y siempre me he sentido así. Creía que el PP era quien mejor gestionaba porque entendía que el socialismo del PSOE no lo era para todos (, sin darme cuenta de algo evidente y es que en nuestro país y desde hace mucho tiempo ya no mandan los políticos y mucho menos el pueblo.

Cada uno vive su día a día, todos los días no son fáciles, tus problemas son tus problemas, eso hace que los árboles te impidan ver el bosque aunque te encuentres en medio de él. Pero a veces, un rayo de sol, se cuela entre las hojas y te das cuenta de que el país en el que vives no es el que quieres. Eso no te lo cuenta la televisión, ni la radio, ni la prensa, ni ningún líder, eso termina saliéndote de dentro y mi respuesta fue no votar al PP en las Europeas y optar por otra opción UPyD.

Y ahí descubrí a Podemos, con un líder que me caía más mal que bien, que me parecía demasiado equidistante en temas complicados que podían afectar a su ideología. Pero un partido prácticamente desconocido al que votan 1.200.000 personas no podía pasarme desapercibido y decidí formarme mi propia opinión y el mensaje caló, vaya si caló. Leí y escuché a Pablo Iglesias y a Juan Carlos Monedero antes y después de Podemos y aunque todo lo que oía no me gustaba, sí que estaba de acuerdo en lo esencial: que hay un arriba y un abajo, y que los de arriba estaban cada vez más arriba y los de abajo más abajo, y que esa lejanía hacía que ni siquiera pudiéramos mirarlos a los ojos y que los de arriba tienen que darse cuenta que el mundo no gira a su alrededor y que los demás no somos títeres, que todos tenemos los mismos derechos y obligaciones y que su voto y opinión vale igual que el nuestro.

Siempre habrá un arriba y un abajo, no lo olvidemos, pero la brecha no puede ser la que es y que la democracia tiene que ser real, una soberanía nacional que realmente dependa del pueblo y que no sean más que unas cuantas palabras que aparecen en la Constitución.

Es curioso, había visto videos y videos de Pablo Iglesias pero no había visto el discurso que dió en la Plaza Reina Sofía la noche electoral de las europeas. Me conmovió. La mecha estaba encendida pero ese video fue el acelerante.

Mi opinión de Pablo Iglesias hoy es muy distinta a la que tenía hace meses. Por supuesto que no estoy de acuerdo en todo lo que dice o hace, pero eso es la democracia, la posibilidad de poder debatir sobre lo que se está o sobre lo que no se está de acuerdo. Y Pablo ha demostrado que escucha y que ha evolucionado convirtiéndose en un hombre que ha puesto por encima de su ideología (sin olvidarla) el hecho de convertirse en un hombre de estado.

Podemos será o no será, pero las formulas de los que se han estado sentado en la Moncloa sabemos que no sirven por mucho que quieran vestirse de renovación de cara a la galería, pero tras esa fachada solo está la nada o si lo preferís, más de lo mismo, con palabras "Podemizadas", con camisas sin corbata, con corbatas rojas o mochilas a la espalda.

¿Sigo siendo de derechas?, ¿realmente lo he sido? Si tiramos de manual y de paquetes ideológicos lo he sido, sin por ello tener que compartir todo lo que el PP vendía, pero la vida no es binaria, hay grises, no creo en la pureza de sangre ideológica porque el ser humano es sencillamente así, ¿eres todo el día de derechas?, ¿eres todo el día de izquierdas?, ¿todo lo que haces o piensas es de izquierdas o de derechas?, puede que tu sí, yo no, y si hiciéramos algo más de autocrítica (yo la he hecho), tal vez te des cuenta que igual que en nuestra sangre y en nuestra piel, hay mestizaje, también la hay en nuestra forma de ver y sentir la vida.

Para mi no es tan importante ya la división izquierda-derecha porque precisamente esa ha sido la semilla que nos ha dividido y es lo que han venido alimentando los partidos políticos tradicionales. Arriba voten a lo que voten tienen claro cómo quedará el partido y mientras los de abajo seguimos malgastando energías en llamarnos fachas o rojos, en lugar de darnos cuenta que hay más cosas que nos unen que las que nos separan.

Artículo aparecido en Plaza Podemos 27/09/2014.

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